miércoles, 23 de noviembre de 2011

SOBRE LA TRINIDAD. Verdad o Tradicion .org

Juan 1:1 En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. (NVI)

Versión Imprimible

(Apéndice A, pág. 443, del libro en inglés One God & One Lord)

1. Es imperativo que el estudiante serio de la Biblia llegue a un entendimiento básico de la palabra griega logos, que se traduce como "Verbo” en Juan 1:1. La mayoría de los trinitarios cree que la palabra logos se refiere directamente a Jesucristo, por eso, en casi todas las versiones de Juan, logos se escribe en mayúscula y se traduce "Verbo" (algunas versiones incluso escriben "Jesucristo" en Juan 1:1). Sin embargo, un estudio de la palabra griega logos muestra que está presente más de 300 veces en el Nuevo Testamento; y en la Nueva Versión Internacional (NVI) y la Reina-Valera (RV) se escribe en mayúscula muy pocas veces (7 en las versiones NIV y KJV en inglés), e incluso esas versiones no están de acuerdo sobre exactamente cuándo escribirlas en mayúscula. Cuando una palabra que aparece más de 300 veces se escribe en mayúscula menos de diez veces, es obvio que cuándo escribirla en mayúscula y cuándo no hacerlo es una decisión de los traductores basada en su entendimiento particular de la Escritura.

En cuanto a cómo se la utiliza en toda la Escritura, logos tiene un muy amplio rango de significados que se basa en dos líneas básicas de pensamiento. Una de ellas es la mente y los productos de la mente como el "motivo" (por lo tanto, la "lógica" está relacionada con logos), y la otra es la expresión de ese motivo, por ejemplo una "palabra", "un decir", "un mandamiento”, etc. La Biblia misma demuestra el amplio rango de significados que logos tiene, y algunas de las formas en que es traducida al español en la Escritura son: asunto, caso, causa, conversación, cuenta, dijo, decir, declaración, derecho, dicho, discurso, elocuencia, enseñanza, eso, fama, hablar, hecho, libro, mandamiento, mensaje, noticia, palabra, palabras, pleito, predicar, predicación, pregunta, propuesta, razón, refrán, rudimento, sentencia, sucedido, tratado, verbo.

Cualquier buen léxico griego también mostrará este amplio rango de significados (las palabras en cursivas son traducidas de logos):• Hablar; palabras que usted dice (Ro.15:18: "Lo ha hecho con palabras y obras").



• Una declaración que usted hace (Lucas 20:20 LBLA (La Biblia de las Américas): "para sorprenderle en alguna declaración”).

• Una pregunta (Mateo 21: 24: "Yo también voy a hacerles una pregunta").

• Predicación (1 Ti. 5:17: "especialmente los que dedican sus esfuerzos a la predicación y a la enseñanza).

• Mandamiento (Gá. 5:14: "toda la ley se resume en un solo mandamiento").

• Refrán (Juan 4:37: "Porque como dice el refrán: Uno es el que siembra y otro el que cosecha”).

• Mensaje (Lucas 4:32 LBLA: "porque su mensaje era con autoridad”).

• Enseñanza (Juan 6:60 NVI: "Esta enseñanza es muy difícil").

• El asunto en discusión (Hechos 8:21: "No tienes arte ni parte en este asunto". Hechos 15:6: "Y los apóstoles.... se reunieron para examinar este asunto").

• Revelación de Dios (Mateo 15:6: "anulan ustedes la palabra de Dios").

• Revelación de Dios hablada por Sus siervos (Heb. 13:7: "dirigentes que les comunicaron la palabra de Dios").

• Cuenta (Mateo 12:36: "en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta”).

• Una cuenta o "asunto" en un sentido financiero (Mateo 18:23: “un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos”. Fil. 4:15 (RVGómez): "en el asunto de dar y recibir…").

• Razón; causa (Hechos 10:29 – RV60: "Así que pregunto: ¿Por qué causa me habéis hecho venir?”).[1]

La lista anterior no es exhaustiva, pero muestra que logos tiene un muy amplio rango de significados. Con todas las definiciones y maneras en que logos puede ser traducida, ¿cómo podemos decidir cuál significado de logos elegir para cada versículo? ¿Cómo puede determinarse cuál logos es el de Juan 1:1? Cada vez que aparece la palabra logos, debe ser estudiada cuidadosamente en su contexto para obtener el significado correcto. Nosotros aseveramos que el logos en Juan 1:1 no puede ser Jesús.

Por favor note que "Jesucristo" no es una definición léxica de logos. Juan 1:1 no dice: "En el principio ya existía Jesús". "El Verbo" tampoco es sinónimo de Jesús, ni de "El Mesías".

La palabra logos de Juan 1:1 se refiere a la auto-expresión creativa de Dios: Su motivo, propósitos y planes, especialmente cuando entran en acción. Se refiere a la auto-expresión, o comunicación, de Sí Mismo. Esto ha ocurrido por medio de Su creación (Ro.1:19 y 20), y especialmente por medio de los cielos (Salmos 19:1-4). Ha ocurrido por medio de la palabra hablada de los profetas, y por medio de la Escritura, que es Su Palabra escrita. En particular, y finalmente, es la que se ha manifestado por medio de Su Hijo (Heb.1:1 y 2).

John Lightfoot, el renombrado erudito trinitario, escribe:



La palabra logos entonces, que denota tanto el "motivo" como "la comunicación hablada", era un término filosófico que fue adoptado por el judaísmo alejandrino antes de que Pablo escribiera, para expresar la manifestación del Dios Invisible en la creación y el gobierno del mundo. Incluía todas las maneras en que Dios se hace conocido al hombre. Como Su motivo, indicaba Su propósito o diseño; como Su comunicación hablada, implicaba Su revelación. Los maestros cristianos, cuando adoptaron este término, exaltaron y arreglaron su significado adosándole dos ideas precisas y definidas: (1) "La Palabra es una Persona Divina", y (2) "La Palabra encarnó en Jesucristo". Es obvio que estas dos proposiciones deben haber modificado considerablemente el significado de todos los términos subordinados conectados con la idea de logos.[2]

Es importante notar que fueron "los maestros cristianos" los que agregaron la idea de una "persona divina" a la palabra logos. Es indudablemente cierto que cuando la palabra logos pasó a entenderse como Jesucristo, el entendimiento de Juan 1:1 se modificó considerablemente. Lightfoot comprende correctamente que el primer significado de logos correspondía a motivo y comunicación hablada, no a "Jesucristo".

Norton desarrolla el concepto de logos como "motivo" y escribe:



No existe ninguna palabra en inglés que responda a la palabra griega logos como se la utiliza aquí [en Juan 1:1]. Fue utilizada para indicar un tipo de concepto concerniente a la Deidad, algo familiar en el tiempo en que San Juan escribió y que estaba íntimamente amoldado a la filosofía de su época, pero que ya hace tanto tiempo que se tornó obsoleto y tan distante de nuestros hábitos de pensamiento, que no nos es fácil adaptar nuestras mentes a su comprensión. La palabra griega logos, en uno de sus sentido primarios, se acercaba bastante a nuestra palabra motivo. El logos de Dios fue considerado, aunque no en su sentido más estricto, sencillamente como el Propósito [motivo] de Dios; pero en ciertos aspectos, como la Sabiduría, la Mente, el Intelecto de Dios (p. 307).

Norton postula que quizás "el poder de Dios" sería una buena traducción para logos (p. 323). Buzzard propone "plan", "propósito" o "promesa" como tres traducciones aceptables. Broughton y Southgate se inclinan por "pensamientos, plan o propósito de Dios, particularmente en acción". Muchos eruditos identifican logos con la sabiduría y los motivos de Dios.

El logos es la expresión de Dios, y es Su comunicación de Sí Mismo, así como una "palabra" es una expresión externa de los pensamientos de una persona. Esta expresión externa de Dios ha ocurrido ahora por medio de Su Hijo, y por lo tanto se comprende perfectamente por qué a Jesús se lo llama la "Palabra". Jesús es una expresión externa de los motivos de Dios, de Su sabiduría, propósito y plan. Por la misma razón, llamamos revelación a "una palabra de Dios" y a la Biblia "la Palabra de Dios".

Si entendemos que logos es la expresión de Dios (Su plan, propósitos, motivo y sabiduría), está claro que estaban realmente con Él "en el principio". La Escritura dice que la sabiduría de Dios estaba "desde el principio" (Proverbios 8:23 RVA). Era muy común en la escritura hebrea personificar un concepto como la sabiduría. Ningún judío de antaño, al leer Proverbios pensaría que la sabiduría de Dios era una persona aparte, aun cuando es retratado como tal en los versículos como Proverbios 8:29 y 30: "… cuando [Dios] plantó los fundamentos de la Tierra, allí estaba yo [la sabiduría], afirmando su obra".

2. La mayoría de los lectores judíos del Evangelio de Juan estaban familiarizados con el concepto de que la "palabra" de Dios estaba con Dios cuando Él daba vida a Su Creación. Hay un accionar obvio del poder de Dios en Genesis 1 cuando Él concreta Su plan por medio de palabras que hacen que las cosas comiencen a existir. Los Tárgum son bien conocidos por describir la sabiduría y la acción de Dios como Su "palabra". Es especialmente importante notar esto porque los Tárgum son las traducciones y paráfrasis arameas del Antiguo Testamento, y el arameo era el lenguaje hablado de muchos judíos en los tiempos de Cristo.

Teniendo en cuenta que un Tárgum es generalmente una paráfrasis de lo que dice el texto hebreo, note cómo los siguientes ejemplos atribuyen acción a la palabra:



• Y la palabra del SEÑOR era el ayudante de José (Gn. 39:2).
• Y Moisés trajo a las personas para conocer la palabra del SEÑOR (Ex. 19:17).
• Y la palabra del SEÑOR aceptó la oración de Job (Job 42:9).
• Y la palabra del SEÑOR se reirá de ellos para burlarse (Salmos. 2:4).
• Creyeron en el nombre de su palabra (Salmos. 106:12).[3]

Los ejemplos anteriores demuestran que los judíos estaban familiarizados con la idea de que la Palabra de Dios hacía referencia a Su sabiduría y acción. Es especialmente importante notar esto porque estos judíos eran extremadamente monoteístas, y de ninguna manera creían en un "Dios triuno". Estaban familiarizados con las expresiones idiomáticas de su propia lengua, y comprendían que la sabiduría y el poder de Dios estaban siendo personificados como "palabra".

Los judíos que hablaban griego estaban también familiarizados con el hecho de que a la fuerza creativa de Dios se la llamara "la palabra". J. H. Bernard escribe:



Cuando pasamos de Palestina a Alejandría [Egipto], desde la literatura hebrea sapiencial [sabiduría], a la que fue escrita en griego, encontramos esta sabiduría creativa identificada con el Divino logos, y así el hebraísmo y el helenismo entran en contacto".[4] Un ejemplo de esto está en el libro apócrifo conocido como la Sabiduría de Salomón, que dice: "Oh Dios de mis ancestros y Señor de la misericordia quien ha hecho todas las cosas por Su palabra (logos), y por Su sabiduría ha formado al hombre…" (9:1 y 2). En este versículo, la "palabra" y la "sabiduría" son vistas como la fuerza creativa de Dios, pero sin ser una "persona".

3. El logos, es decir, el plan, el propósito y la sabiduría de Dios, "se hizo carne" (venir a concreción o existencia física) en Jesucristo. Jesús es la "imagen del Dios invisible" (Col. 1:15) y Su principal emisario, representante y agente. Debido a que Jesús obedeció perfectamente al Padre, él representa todo lo que Dios podía comunicar sobre Sí Mismo en una persona humana. Como tal, Jesús podía decir: "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre" (Juan 14:9). El hecho de que logos se "hiciera" carne muestra que no existía así antes. No hay pre-existencia para Jesús en este versículo mas allá de su figurada "existencia" como el plan, el propósito o la sabiduría de Dios para la salvación del hombre. Lo mismo es verdad con la "palabra" escrita. No tenía ninguna pre-existencia, literalmente hablando, como un "libro-espiritu" en alguna parte de la eternidad pasada, sino que entró en existencia cuando Dios dio revelación a las personas y ellos escribieron.

4. La última frase en el versículo, que la mayoría de las versiones traduce como "y el Verbo era Dios", no debe ser traducido de esa manera. La lengua griega utiliza la palabra "Dios" (theos en griego) para referirse al Padre, así como a otras autoridades. Esto incluye al Diablo (2 Co. 4:4), a dioses menores (1 Co. 8:5), y a hombres con gran autoridad (Juan 10:34 y 35; Hechos 12:22). En los tiempos en que fue escrito el Nuevo Testamento los manuscritos griegos se escribían completamente en letra mayúscula. Las letras mayúsculas y minúsculas no se mezclaban como lo hacemos hoy. Por lo tanto, la diferencia que hoy hacemos entre "Dios" y "dios" no podía hacerse, y por lo tanto era el contexto el que oficiaba de juez para determinar a quién se refería "THEOS".

Aunque el árbitro final es el contexto, casi siempre sucede en el Nuevo Testamento que cuando "Dios" se refiere al Padre, el artículo definido (“el”) aparece en el texto griego (este artículo puede ser visto solamente en el texto griego, nunca es traducido al español). Los traductores son normalmente muy conscientes de esto (vea Juan 10:33). La diferencia entre theos con y sin el artículo se encuentra en Juan 1:1: «En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con "el theos", y el Verbo era “theos” ». Debido a que el artículo definido “el” está ausente la segunda vez que aparece "theos" ("Dios"), el significado acostumbrado sería "dios" con minúscula, o "divino". The New English Bible (La Nueva Biblia Inglesa) capta el sentido de esta frase traduciéndola: "Lo que Dios era, la Palabra era". James Moffatt, quien fue Profesor de Exégesis de griego y Nuevo Testamento en la Universidad de Mansfield en Oxford, Inglaterra, y autor de la bien conocida Moffatt Bible (Biblia Moffatt), tradujo la frase como: "el logos era divino".

Una explicación muy clara de cómo traducir theos sin el artículo definido “el” puede ser encontrada en Jesus As They Knew Him (Jesús como ellos lo conocieron), por William Barclay, catedrático del Trinity College en Glasgow:



En un caso como éste no podemos hacer mejor cosa que ir al griego, el cual es theos en ho logos. Ho es el artículo definido: “el”, y se puede ver que hay un artículo definido con logos, pero no con theos. Cuando en griego dos sustantivos están unidos por el verbo "ser o estar", y cuando ambos tienen el artículo definido, entonces uno se asocia completamente con el otro; pero cuando uno de ellos está sin el artículo, se vuelve más un adjetivo que un sustantivo, y describe más bien la clase o el ámbito al que el otro pertenece.

Un claro ejemplo de lo antedicho sería: Si yo digo: "El pastor es el hombre", uso el artículo definido tanto antes de pastor, como de hombre, y por lo tanto identifico al pastor con algún hombre especial y único que tengo en mente. Pero si digo: "El pastor es hombre", he omitido el artículo definido antes de hombre, y lo que significa es que el pastor debe ser clasificado como un hombre, que está en el ámbito de lo masculino, que es un ser humano.

[En la última cláusula de Juan 1:1] Juan no tiene ningún artículo delante de theos, Dios. El logos, por lo tanto, no se identifica como Dios o con Dios; la palabra theos se ha convertido en adjetivo y describe el ámbito al cual logos pertenece. Nosotros, por lo tanto, debemos decir que esto significa que logos pertenece al mismo ámbito al que pertenece Dios; sin estar identificado con Dios, el logos tiene el mismo tipo de vida y existencia que Dios. La NEB [New English Bible: Nueva Biblia Inglesa] encuentra la traducción perfecta: "Lo que Dios era, la Palabra era".[5]

5. Es importante entender que la Biblia no fue escrita aislada de todo sino en el contexto de una cultura, y que era comprendida por quienes vivieron en esa cultura. A veces leemos versículos que nos parecen superfluos o confusos, pero que tenían sentido para los lectores de la época porque eran bien conscientes de la cultura y las creencias que se planteaban a su alrededor. En el primer siglo había muchas creencias contrapuestas en el mundo (y desafortunadamente, creencias erróneas en la Cristiandad) que estaban confundiendo a los creyentes sobre la identidad de Dios y Cristo. Las creencias irracionales sobre los dioses de Grecia ya habían sido transmitidas por siglos antes de Cristo, así como en la época en que el Nuevo Testamento fue escrito. Este conjunto de información religiosa fue conocido con la palabra "muthos", hoy llamado "mitos" o "mitología". Estos muthos, estos mitos, eran a menudo irracionales, místicos, y absolutamente incomprensibles y exentos de lógica. Cuanto más familiarizado esté uno con los mitos griegos, mejor comprenderá nuestro énfasis sobre su irracionalidad. Si uno está poco familiarizado con ellos, sería muy útil leer un poco acerca del tema. La mitología griega es una parte importante del trasfondo cultural del Nuevo Testamento.

Los mitos eran a menudo incomprensibles, pero sin embargo habían sido ampliamente aceptados como la "revelación de los dioses". Los muthos penetraron el mundo greco-romano en épocas del Nuevo Testamento, asomándose al Nuevo Testamento como la punta de un iceberg asoma sobre el agua. Cuando Pablo y Bernabé sanaron a un lisiado en Listra, las personas asumieron que los dioses habían bajado en forma humana, y el sacerdote de Zeus vino entonces a ofrecerles sacrificios. Cuando Pablo estuvo en Atenas, se perturbó ante el gran número de ídolos que en forma de estatuas adoraban a varios dioses. En Éfeso, la enseñanza de Pablo, de hecho, generó un alboroto cuando algunos de los locales se dieron cuenta de que si su doctrina se extendía, "…hay el peligro de que…el templo de la gran diosa Artemisa sea menospreciado, y que la diosa misma, a quien adoran toda la provincia de Asia y el mundo entero, sea despojada de su divina majestad” (Hechos 19:27).

Hay muchos otros ejemplos que muestran que había allí un muthos, es decir un conjunto de conocimientos religiosos que era en gran medida incomprensible para la mente humana, arraigados firmemente en las mentes de una parte de la gente común y corriente, en tiempos del Nuevo Testamento.

Varios siglos antes de Cristo, ciertos filósofos griegos se ocuparon en reemplazar el muthos con lo que ellos llamaron el logos, una explicación razonable y sensata de la realidad. Es apropiado que, al escribir el Nuevo Testamento, Dios haya utilizado la palabra logos, no muthos, para describir Su sabiduría, motivo y plan. Dios no ha venido a nosotros en experiencias místicas y creencias irracionales que no pueden ser comprendidas; más bien, Él se revela a Sí Mismo en maneras que puedan ser comprendidas racionalmente, y convincentemente argumentadas.

6. Además del contexto cultural que aceptó los mitos, en los tiempos en que el evangelio de Juan fue escrito se estaba enraizando en el cristianismo un sistema de creencia llamado Gnosticismo. El Gnosticismo tenía muchas ideas y palabras que hoy nos resultan extrañas y confusas, así que, a riesgo de simplificar demasiado, describiremos algunos dogmas básicos del Gnosticismo tan simplemente como podamos.

El Gnosticismo tomó muchas formas, pero en general los gnósticos enseñaron que había un Ser supremo cuya existencia era incognoscible al cual llamaron "Mónada". La Mónada produjo varios dioses, quienes a su vez produjeron a otros dioses (estos dioses fueron llamados por diferentes nombres, en parte debido a su poder o posición). Uno de estos dioses, llamado "Demiurgo", creó la Tierra y luego reinó sobre ella como un dios enfadado, malvado y celoso. Este dios malvado, según creían los gnósticos, era el dios del Antiguo Testamento, de nombre Elohim. La Mónada envió a otro dios, "Cristo", para traer gnosis (conocimiento) especial a la humanidad y liberarla de la influencia del malvado Elohim. Por lo tanto, un cristiano gnóstico estaría de acuerdo en que Elohim creó los cielos y la Tierra, pero no estaría de acuerdo en que Él era el Dios supremo. La mayoría de los gnósticos también dirían que Elohim y Cristo tenían propósitos contrapuestos. Es por esto que es tan importante para Juan 1:1 decir que el logos era con Dios, lo cual a primera vista parece ser una declaración totalmente innecesaria.

El versículo de apertura del evangelio de Juan es una expresión estupenda del amor de Dios. Dios "quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad” (1 Ti. 2:4). Dios, como Autor del versículo de apertura de Juan, lo hizo de manera tal que revela la verdad sobre Él y Su plan para toda la humanidad, y al mismo tiempo refuta la enseñanza gnóstica. Dice que desde el principio ya existía el logos (el motivo, el plan, el poder), el que estaba con Dios. No había otro "dios" existiendo con Dios, especialmente no un dios que se oponía a Dios. Además, el plan de Dios era como Dios: divino. El plan de Dios se hizo carne cuando Dios fecundó a Maria.

7. Existen elementos en Juan 1:1 y en otras frases en la introducción de Juan que no sólo se refieren al trabajo de Dios en la Creación original, sino que también preanuncian el trabajo de Cristo en la nueva administración y nueva creación. El reconocido comentarista de la Biblia F.F. Bruce apoya esta interpretación:



No es por accidente que el Evangelio comienza con la misma frase que el libro de Génesis. En Genesis 1:1, "En el principio" presenta la historia de la antigua creación; aquí presenta la historia de la nueva creación. En ambas obras de la creación, el agente es el Verbo de Dios.[6]

El Catecismo Racoviano, una de las más grandes obras doctrinales del movimiento unitario de los siglos XIV y XV, dice que la palabra "principio" en Juan 1:1 se refiere al principio de la nueva administración y por lo tanto es similar a Marcos 1:1, que comienza: "Principio del evangelio de Jesucristo" (RV60).

En el pasaje citado (Juan 1:1) donde dice que el Verbo ya existía en el principio, no hay ninguna referencia a una eternidad antecedente, sin el principio; porque aquí se menciona un principio, que está opuesto a esa eternidad. Pero la palabra principio, utilizada en términos absolutos, debe ser comprendida como refiriéndose al asunto del cual se está hablando. Por lo tanto, Daniel 8:1: "En el tercer año del reinado de Belsasar, yo, Daniel, tuve una visión, después de aquella que había tenido anteriomente" (RVA). Juan 15:27: "Y también ustedes darán testimonio porque han estado conmigo desde el principio". Juan 16:4: “no les dije esto al principio porque yo estaba con ustedes”. Y Hechos 11:15: "Cuando comencé a hablarles, el Espíritu Santo descendió sobre ellos tal como al principio descendió sobre nosotros". Como entonces el asunto que Juan está tratando es el Evangelio, o las cosas hechas durante el Evangelio, nada más debe ser comprendido aquí aparte del principio del Evangelio; un tema evidentemente conocido por los cristianos a los que se dirigía, o sea la llegada y la prédica de Juan el Bautista, de acuerdo con el testimonio de todos los evangelistas [es decir, Mateo, Marcos, Lucas y Juan], cada uno de los cuales comienza su historia con la llegada y la enseñanza del Bautista. En efecto, Marcos (capitulo 1:1) expresamente declara que éste era el principio del Evangelio. En forma semejante, Juan mismo emplea la palabra “principio”, (puesta por lo tanto, en términos absolutos), en la introducción a su Primera Epístola, en cuyo principio él usa el mismo término (logos) Verbo, como si tuviera la intención de ser su propio intérprete ["Lo que ha sido desde el principio… respecto al Verbo (logos) que es vida". 1 Juan 1:1].
[7]

Si bien no estamos de acuerdo con el Catecismo en que el único significado de “principio” en Juan 1:1 es el principio de la nueva creación, ciertamente vemos cómo la palabra principio tiene un doble significado. En el contexto de la nueva creación, entonces, "Verbo" es el plan o el propósito de acuerdo con el cual Dios está restituyendo Su creación.

8. Para comprender completamente cualquier pasaje de la Escritura, es imperativo estudiar el contexto. Por lo tanto, para comprender completamente a Juan 1:1 se debe comprender el resto del capítulo, y el resto del capítulo añade mas entendimiento a Juan 1:1. Creemos que estas notas sobre Juan 1:1, leídas junto con el resto de Juan capítulo 1 y con nuestras notas sobre Juan 1:3, 10, 14a, 15, y 18, ayudarán a hacer que todo el primer capítulo de Juan sea más comprensible.

(traducción de Daniel de Oliveira)

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